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martes, 16 de febrero de 2016

AL CALOR DEL PICÓN

AL CALOR DEL PICÓN
José Ernesto Vicente Pérez

Que mejor calefacción
que el brasero en la camilla
con los pies en la lambrera
y “arropao” con la faldilla.

Cuando ya no calentaba
y no metía “na” de calor
solo había que emborrajarle
removiendo algo el picón.

Aguantaba todo el día
sin gastar gota gasoil
y las casas más calientes
que las tenemos hoy por hoy.

Y si olía a chamusquina
es que había algún tizón
como no te dieras prisa
te “ajumaba” el comedor.

Te sentabas en la silla
a enrear en la chimenea
y las abuelas nos decían
¡¡no enrees que luego te meas!!.



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