NUESTRO PARQUE DE ATRACCIONES

ERNESTO VICENTE

Hace unos pocos de años, cuando en Piornal lo más conocido como atracción era la lancha resbalaera, el ayuntamiento decidió ponerse manos a la obra y hacernos nuestro propio parque de atracciones . Pasaban los meses y aquello iba tomando forma, tos los muchachos ibamos hacer la visita tos los días, como las mujeres a la virgen, y esperabamos el día que se abriera con jansia viva, después de meses de espera y teniendo ya los dientes mu largos por haber estao viendo tos los cacharritos tanto tiempo y no poder probarlos, POR FIN llegó el día de su apertura.
Alli llegamos tos los muchachos y muchachas del mundo aquel día tan ansiado y había de tó: unas resbalaeras de metal, grande, chica; escolumpios que no estaban hechos de sogas, ni duraban un día como los de la matanza; los había de rueda ¡ Ójala salieran tan buenas las de los coches! una noria que los grandes no dejaban salír a los chicos, hasta que no salíamos tos mareaos y engomitaos; ¡ el pingo la pepa! y un bicho de esos que te subías y se te caían toas las perras pa`bajo, y luego allí to la gente rebuscando las pesetas, búa y una bola mu grande que te subías por allí pa`rriba y te tirabas por un palo que te queabas las manos toas acernás. A ver cuando las habíamos visto nosotros tan gordas, asi que tu verás ya ni pensabas en hacer los deberes ni ná, salias de escuela, llegabas a casa, comias rápido y jumu, al parque de atracciones, a las 3 a escuela otra vez y lo único que hacias en clase hasta las 4y30 era pensar en los cacharritos que había alli, llegaba la hora de salir, salias pitando a casa, decías a tu madre que te hiciera una pisca bocadillo de pan huntao y ala, carretera abajo al parque de atracciones, y llegabas y cawen la mar serena, ya había allí cientos de muchachos, y pensabas, como pué ser, si más rápido que yo he venio es imposible, asi que ná, lo que te tocaba era esperar pa montar en los cacharritos una eternidad, y no te colarás de ningún muchacho ni muchacha, que iba pallá su madre y ya sabes, te decía, “ oye tu, que el mi muchacho estaba antes que tu”, que esa era otra, había tanta madre como muchacho, y tu verás total no se lo pasaban bien ellas allí toas juntas.
Lo bueno era los fines de semana, ya te podías ir temprano porque sino no te montabas en ningún cachaparro hasta mediodía, y estábamos alli to el santísimo día, mañana, tarde, y noche, malejino desquite le sacábamos, eso era aprovechar la entrada de un parque de atracciones. Y los meses fueron pasando y las colas fueron disminuyendo, y disminuyendo, y pasó un año, y año y medio, y las colas siguieron disminuyendo y disminuyendo, hasta que el parque de atraciones quedó vacio, sin gritos, sin risas, sin madres, y a día de hoy sigue vacio, sin gritos, sin risas, sin madres, y sobre todo, sin niños, y bastante deteriorado.
Años después se hicieron otros 2 parques de atracciones, pero no tuvieron el éxito de nuestro primer parque, el parque que ilusionó tanto a niños como a menos niños, en el que dimos buenas peonás, en el que perdimos muchas pesetas y duros, en el que nos dimos los primeros besinos, en fin en el que muchos y muchas pasamos buena parte de nuestra infancia.
Desde aquí invitamos a tos esos muchachos y muchachas que hicieron aquellas colas enormes como las de la cooperativa a visitarle de vez en cuando, y al ayuntamiento que no se le deje deteriorar, por lo que fue, por lo que ilusionó, porque es nuestro parque de atracciones, NUESTRO PARQUE DE “ LA PIPA”.